“Sobre estas tierras nadie tiene derechos de buena fe, sino solamente los chilenos y los argentinos. Pero, desgraciadamente no es la buena fe la que rige la vida de los hombres en la tierra, y hasta que esa buena fe no llegue, los derechos nos serán quizás siempre discutidos por aquellos que pretenden los que no deben ni pudieron pretender en derecho ni en justicia.”
PERÓN
“Hoy, como ninguna otra nación en el mundo, nuestra Patria tiene establecida una base científica experimental permanente, la más austral de la tierra.”
PUJATO
El presente trabajo, se desarrolla en un contexto determinado, determinado por políticas gubernamentales peleadas con los principios de independencia económica y soberanía política. Con el primero, porque las deudas contraídas en el último año con organismos internacionales como el F.M.I. y con los Estados Unidos de Norteamérica a través del Tesoro de ese país, licuan la capacidad de decisión de la actual administración nacional y la atan al carro de Donald Trump. Con el segundo, en tanto que está condicionado por la capacidad económica del país. Es conocida la posición de la potencia del norte respecto a la mirada colonial sobre el cono sur. No solamente interesada en recursos naturales; la posición geográfica de la Argentina permite controlar el paso bioceánico natural abierto a la navegación durante todo el año, y a su vez es el puente de ingreso a la Antártida. Quien controle esto en el presente siglo, controlará el comercio mundial en tiempos de paz, y una posicionamiento ofensivo-defensivo ventajosa en tiempos de guerra.[1]
En tiempos de crisis como el presente, parafraseado al poeta español, “juegan con cosas que no tienen repuesto” o que por lo menos costarán décadas de reconstrucción, refiriéndose a la independencia política y a la soberanía económica. Estos períodos de alineamiento sin restricciones con los intereses de los Estados Unidos de Norteamérica no son nuevos, como tampoco la búsqueda de alternativas en el pasado reciente. En la década del ’90, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, grupos de investigadores alineados con la corriente del pensamiento nacional procuraron hacerse de respuestas releyendo y rescatando a los clásicos de la década de 1930, no solamente de la corriente forjista, sino de todo aquél escrito que se opusiera a la dependencia nacional. Crearon categorías de pensamiento para dar explicación a su presente.[2]
Con la misma inquietud, pero con otras herramientas, proporciona esperanza la manifestación de otro proyecto. Conocer qué posición adoptó la Nación Argentina respecto a la soberanía antártica en el pasado siglo XX es la intención del presente trabajo. Sé propone someramente abordar publicaciones de época con el fin de aproximarnos al pensamiento del gobierno peronista y el papel primario del general Pujato en este sentido.
Juan Domingo Perón llamó el “magnos asunto ” [3] a la contribución que el continente antártico otorgaría proyectualmente a la economía y la estrategia global Argentina. En 1948 realiza una nota preliminar a una publicación de la Comisión Nacional del Antártico (C.N.A.), dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, es aquí donde resalta la importancia del mencionado sector, el paso bioceánico y las islas del Atlántico Sur para la República. Si bien la C.N.A. se conforma antes del primer gobierno peronista (Decreto N° 61.852 de 1940) y muestra el interés del país respecto a la Antártida, toma un marcado impulso, luego del parate durante de la Segunda Guerra Mundial, a partir de su reorganización,
“ Por decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 8.507, del 23 de marzo de 1946, la Comisión Nacional del Antártico fue reorganizada sobre bases sólidas, a fin de reanudar su funcionamiento a la mayor brevedad, ampliando el número de sus miembros para que se incorporen a la misma especialidad en materia científica, económica y militar, por cuyo motivo fue integrada con representantes de los Ministerios de Relaciones Exteriores y Culto, Justicia e Instrucción Pública, Guerra, Marina, Agricultura y Secretaría de Aeronáutica”[4]
La publicación detalla aspectos generales del continente, las expediciones extranjeras y especialmente la presencia desde 1904 de la primera base meteorológica permanente global perteneciente a la República; cedida por una expedición escocesa durante el gobierno de Julio Argentino Roca, ubicada en la Isla Lurie en las Orcadas del Sur. Junto a este acto de soberanía indiscutible, se hace realidad el asentamiento del primer Correo antártico. Concluye dicha publicación con información sobre la estructura y diagramas de la C.N.A.
Si bien el renovado impulso de la Comisión inicia unos meses antes de la asunción de Perón a la presidencia, para marzo, la elección lo habían consagrado como jefe del Ejecutivo y es evidente la presencia de su personal interés sobre dicho asunto.
El 6 de noviembre de 1946, unos meses después de asumir la primera magistratura, Perón formula el Decreto N° 8944 donde establece en el artículo 1° “Prohíbase la publicación de mapas de la República Argentina que no representen en toda su extensión la parte continental e insular del territorio de la Nación, que no incluya el sector antártico sobre el que el país mantiene soberanía…”[5] La representación bicontinental de la República Argentina es reglamentada y la Antártida ocupa su lugar. Una imagen gráfica de referencia, solo a modo de ejemplo, se encuentra en la tapa de la revista Argentina. En la publicación N° 5 de junio de 1949 manifiesta en todo su espacio el territorio de la Nación; el sector americano, el antártico, las islas Malvinas, Georgias, Sándwich del Sur y los mares que rodean el territorio. A la izquierda del mapa, dos flechas muestran verticalmente con números la extensión en kilómetros, 3702 para la parte de América, 3339 para la Antártida. En el interior de la publicación reza la siguiente descripción,
“El mapa de la República Argentina constituye el tema de nuestra cubierta. Es el primer mapa nacional integro que se publica en una revista argentina. Incluye totalmente nuestra heredad: tierras del Continente americano propiamente dicho, insulares de nuestra Plataforma submarina y tierras firmas de Antártida argentina. Este mapa así concebido, presente en tono rojo lo que es indiscutible y exclusivamente nuestro.”[6]
Es en este momento donde es necesario hacer notar la presencia de quien sería el autor material del proyecto de Perón en la Antártida. Referimos al General Hernán Pujato. Perón y Pujato tendrán sus primeros intercambios sobre el magno asunto allá por 1947, en ocasión de la visita del primero a la embajada argentina en Bolivia. Pujato cumplía con el rol de agregado militar y no perdió la oportunidad de postular su visión, la cuál era compartida por Perón. Sin más comenzarán los proyectos para la instalación de la segunda base permanente en la Antártida, la General San Martín. En el discurso de Pujato sobre la expedición de la mencionada, enuncia
“Debo expresar en forma categórica, que solamente por el apoyo repetido y la intervención personal del Excelentísimo Señor Presidente de la Nación, salvando inconvenientes que parecían sin solución, fue posible la organización y ejecución de esta empresa argentina, formada íntegramente por personal argentino. El Excelentísimo Señor Presidente de la Nación, tomó la responsabilidad directa de enviar la expedición. Expreso mi más íntimo reconocimiento de soldado a la confianza que esto ha significado para mí en la condición de jefe de esta empresa.”[7]
Pujato es extremadamente modesto. Si bien el rol de Perón es importante, no menos lo fue su propio papel al frente de la planificación, entrenamiento, desarrollo y ejecución de la misión, la cual explica con minuciosos detalles, que magnifican el desafío de la presencia y asentamiento permanente de Argentina. Cierra el acto oficial el discurso del Gral. Perón. Antes de esto, Pujato hace referencia a la ocupación de las islas Malvinas por parte de Gran Bretaña (sin nombrarla) y manifiesta la innegable dualidad Malvinas-Antártida
“Hablando de Antártida, ningún argentino puede dejar de asociar a esta región al recuerdo de nuestras Malvinas (…) Y será un acontecimiento feliz para la Patria, que llenará de emoción los pechos argentinos, el día jubiloso que nuestra bandera, ondeando con las fuertes brisas antárticas, cobije nuevamente este pedazo de suelo argentino que se reintegra al regazo materno. Si es que ese día debe tardar, porque no hay comprensión para nuestros derechos, que cada uno y todos los argentinos recuerden diariamente, cada vez más hondamente, que una potencia extranjera ha usurpado territorio argentino. Que en todos los ámbitos de la Patria, se renueve cada día, como una oración, el voto de cada argentino, hombre, mujer, niño, joven, anciano, de que las Malvinas, que han sido, son y serán argentinas, vuelvan cuanto antes a formar parte de la Nación.”[8]
Excede el fin y la brevedad de este trabajo, poner de manifiesto la intencionalidad en las políticas públicas y de gobierno que se llevaron adelante para “recordar y ahondar” el sentimiento respecto a Malvinas durante ambos gobiernos justicialistas.
El año de 1951 fue febril para la causa antártica. En marzo queda inaugurada la base más austral, la General San Martín, en el paralelo 68° de la isla Margarita, en la cara occidental de la península antártica. En abril, por decreto presidencial es creado el Instituto Antártico Argentino. Al frente de este flamante organismo, ¿Quién más que Pujato para ser su primer director? Es así que la concreción de la voluntad soberana sobre Antártida a través de una base permanente, es sostenida y articulada institucionalmente por el Estado argentino.
La divulgación en revistas de la época fueron reflejo de las palabras de Pujato “recordar diariamente, cada vez más hondamente”[9] de la presencia permanente de la Nación en la Antártida. En mayo de 1954 la revista mensual Caras y Caretas, en el número 2170, publica un informe a todo color y con dos mapas. En el inicio del dossier, titulado La Antártida Argentina se observa el mapa antártico con las islas y la presentación
“Estas son las alejadas regiones de nuestra patria en que, año tras, año, la marina de guerra argentina realiza operaciones de importancia capital para la ciencia del mundo. La afirmación de nuestra soberanía se impone permanentemente en la soledad antártica con el sacrificio y la pericia de nuestros hombres de mar y tierra. Y el pabellón, que jamás fué atado al carro de ningún vencedor de la tierra, flamea allí permanentemente como un signo de esperanza y de fe en los destinos humanos.”[10]
Las imágenes y los textos explicativos resaltan la figuro de Hernán Pujato y el trabajo realizado durante la construcción de la base Gral. San Martín, la logística de trasporte, mantenimiento y recambio del personal afectado. Llama la atención la imagen de un helicóptero de la armada en el teatro sur y del rompehielos ARA Gral. San Martín.
Desde los primeros años del gobierno peronista, la región antártica estuvo presente y no solo discursivamente; con hechos y políticas. Desde cartografía, publicaciones gráficas, hasta el financiamiento, ejecución y creación de organismos que trasciendan el tiempo de un gobierno, transformado “el magno asunto” en política de Estado y un caro sentimiento nacional. Dando el espacio y el lugar a hombres de las FF.AA. como el Gral. Hernán Pujato, que con su visión y tenacidad plasmó en realidad los derechos soberanos de la Patria en la región antártica.
Bibliografía
- CARRASCO, Guillermo. PESTANHA, Francisco. Políticas Públicas: El Magno Asunto. Consultado en https://nomeolvidesorg.com.ar/wpress/wp-content/uploads/2014/08/El-Magno-Asunto.pdf. Julio 2025.
- Comisión Nacional del Antártico. Soberanía Argentina en la Antártida. Buenos Aires. Ministerio de Relaciones y Culto, 1948.
- Antártida Argentina. Caras y Caretas, año LVI, n 2170. Buenos Aires, mayo de 1954 pág. 43-54.
- Revista Argentina, año I, n 5. Buenos Aires, junio de 1949, pág 1-2.
- TOKATLIAN, Juan. MERKE, Federico, compiladores. La Impetuosa Irrupción del Sur. Buenos Aires, Siglo XXI, 2024.
Discursos /Conferencias /Decretos
- Conferencia del General Hernán Pujato. Expedición Científica a la Antártida. Buenos Aires. Ministerio de Defensa. 1954 Consultado en https://marambio.aq/pdf/expedicionantartidapujatoperon.pdf. Agosto 2025.
- Decreto N° 8944. Consultado en https://nomeolvidesorg.com.ar/archivo/wp-content/uploads/2017/12/Decreto-N-8944-de-1946
[1] Para profundizar sobre la geopolítica y el rol del Sur Global en un escenario de fragmentación se recomienda “La impetuosa irrupción del Sur” coordinado por Tokatlian y Merke.
[2] El 21 de setiembre de 2024, en el contexto de una clase de la Especialización en Pensamiento Nacional dictado en la Universidad Nacional de Lanús, el Dr. Francisco Pestana profundizó sobre este aspecto, del cual fue protagonista junto a otros pensadores de relieve como Fermín Chávez.
[3] Comisión Nacional del Antártico. Soberanía Argentina en la Antártida. Buenos Aires. Ministerio de Relaciones y Culto, 1948. Pág. 10.
[4] Ibídem. Pág. 73.
[5] Decreto N ° 8944/1946. Consultado en https://nomeolvidesorg.com.ar
[6] Revista Argentina, año I, n 5. Buenos Aires, junio de 1949. Pág 1-2.
[7] Conferencia del General Hernán Pujato. Expedición Científica a la Antártida. Buenos Aires. Ministerio de Defensa. 1954 Consultado en https://marambio.aq/pdf/expedicionantartidapujatoperon.pdf. Agosto 2025. Pág. 10.
[8] Ibídem. Pág. 41.
[9] Ibídem. Pág. 41.
[10] Revista Caras y Caretas. Año LVI, n° 2170, pág 43.
