Alberto Buela, Filósofo Criollo

Ezequiel Norberto Gonzalez

Alberto Buela, es un pensador y filósofo argentino nacido en 1946, estudio en Universidad de Buenos Aires  y se Doctoró en Filosofía en la Universidad de París IV París Sorbonne. Sus trabajos se centran, en una primera etapa, en estudios “Helenísticos”, donde se ocupa principalmente la obra de Aristóteles, siguiendo por temas como la “Metapolítica”, el “Sentido América”, “El problema de identidad”, “El Pensamiento Nacional iberoamericano”, “La idea de comunidad organizada” y “La Filosofía Argentina”.

A modo de glosa, los trabajos de Buela son de una doxografía con una orientación propia. Se encarga de estudiar a los autores relevantes y, a su vez, agrega la intención de pensar por “Nosotros mismos”, como le gusta decir; “desde” el hombre Americano:

 “La conciencia americana está constituida por la simbiosis de dos cosmovisiones diferentes: la bajomedieval arribeña y la india autóctona. Una aporta el valor de la palabra empeñada, el progreso como idea, el paso de lo peor a lo mejor o no como ideología, el sentido jerárquico de la vida y las cosas y la objetividad de los valores. La otra aporta el sentido ontológico del tiempo como maduración con las cosas, diferentes del times is money, y de la contracción al trabajo de los europeos” (Buela: 2024).[1]

Además de aclarar esa doble naturaleza que tiene el hombre americano, su tesis plantea que América debe ser entendida con un gesto: “como lo inhóspito”, aquel suelo que: “recibe a todo aquel que quiera habitarla y fecundar”.

También, otra de las ideas trabajadas es la “Teoría del Disenso”, donde lo que se sugiere es dejar expuesto las técnicas del poder, porque cuando se pregona el “consenso” lo que en realidad sucede es que la decisión está tomada antes que la deliberación. Donde “el otro” es una molestia, y solo se da el consenso o el diálogo como simulacro. Por ello es que propone el estudio de la “Metapolítica” como disciplina que se encarga de exponer y aclarar a qué nos enfrentamos. Por ello se estudia categorías vigentes que se nos impone, se podría decir: la lengua del enemigo. Lo que hace es proponer otro sentido, un “pensar alternativo”.

Del mismo modo realizó trabajos sobre ética, en su libro “Virtud contra Deberes”, ajusta cuentas con la historia de la ética y diagnostica que en Occidente nadie cree en nada. Y propone practicar la virtud o eso que decía Enrique VII: “uno no es noble por ser hijo de nobles sino por realizar actos nobles”.  Otro de sus temas, es “La idea política de comunidad organizada”, donde trabaja en tres grandes libros “Aportes al pensamiento nacional”, “Teoría del peronismo” y “Comunidad organizada” (Dugin-Buela) donde la presenta como sistema social a construir y como sistema de poder. Dejando en claro la importancia de las instituciones intermedias y su independencia del estado, para que no sea absorbida por el estado.

Su último trabajo se llama “Filosofía Argentina, una visión disidente” donde realiza un trabajo de rescate contra el olvido de autores nacionales, olvidados por prejuicios o por necesidad de imponer una nueva verdad oficial.

Metapolítica o en defensa del más acá

Alberto Buela, dice que lo primero que hay que encargarse como pensador, es saber de qué hablamos. Por eso siempre –recomienda- hay que arrancar por la etimología de las palabras, para no repetirlas vanamente. Buela analiza el significado etimológico de “Metapolítica”, donde vemos que es un término compuesto por el prefijo griego methá, que puede traducirse por “más allá de” y el sustantivo “política”, pero agrega:

“Nosotros no lo asociamos ni a Andrónico de Rodas, quien fue el que inventó el término “metafísica” para designar los libros de Aristóteles que venían después de la física, ni a nada que se le parezca. Metapolítica significa el estudio de aquello que está más allá de la política, o mejor aún, lo que está “más acá de la política” y que, de alguna manera, condiciona la acción política. Un mundo categorial que no se percibe en forma inmediata sino solo por sus efecto” (Buela. pág. 20)

Por ello, en este más acá, la Metapolítica consiste en “el estudio de las grandes categorías que condicionan la acción política” y que “a esta tarea la mejor forma de acceder es a través del ejercicio del disenso” (p. 14). Parece que ambos términos están ligados, la “Teoría del Disenso” y “la Metapolítica”, ambas son herramientas para el obrar político. Como herramientas, como una lupa, un mapa, un lápiz para un explorador. O como si fueran un martillo y una llave o pico de loro en la caja de herramientas. Buela en su libro realiza una genealogía del término, pero a nosotros nos interesa su práctica. Lo importante es cambiar las prácticas políticas establecidas. Por eso la labor del filósofo es exponer lo que está mal. Luchar contra los que nos intentan vender como único camino, como única oportunidad o posibilidad a realizar. “No hay alternativa”, es el mantra de Margaret Thatcher, que ahora repiten los verdugos de moda como máxima universal. Una imposición de “One World” (mundo único), término utilizado en su libro “Pensamiento de Ruptura”, donde sólo hay una manera de pensar, y con su policía de pensamiento se cancela a todo el que intente pensar distinto. Por eso, hay que enfrentar esta lengua del poder, “categorías que condicionan la acción política (homogeneización cultural, pensamiento único, políticamente correcto, light o débil, monoteísmo del libre mercado, consenso como método)”.

La Metapolítica no se ocupa tanto de lo que “debe ser”, sino de lo que “es”. No es una ciencia acabada, sino la búsqueda de la ciencia, en el sentido aristotélico (Buela, 2022, p. 23). Después hay una prognosis, cosa vedada para los filósofos, pero esto se hace con trabajo. Porque una cosa es lo que es y otra lo que debe ser[2]. Es ahí donde se necesita de este pensamiento alternativo, de esta propuesta, de esta crítica que es el pensamiento nacional. La crítica en argentina es pensamiento nacional, de suelo, clima, el genius loci (un desde donde, “el espíritu del lugar”), como explica Buela. Esta disciplina es bifronte pues es filosófica y política al mismo tiempo. Se piensa y se actúa. Buela reflexiona, y da en la tecla, en decir que acá hay ideas y muy buenas, pero lo que no hay es dirigentes que las encarnen. Así como Aristóteles buscaba a su Alejandro, él nos dice:

“hoy nuestros dirigentes, los de las sociedades periféricas, necesitan de la Metapolítica como el pez del agua para vivir, de lo contrario seguirán convalidando con su accionar decisiones tomadas en otro lado, en los centros de poder mundial, reñida con la defensa de nuestros intereses más propios”

Ante la dificultad del mundo actual, los dirigentes que tenemos no están a la altura. Políticos armados por el marketing que solo hablan de agendas que no dicen nada. Que como mucho administran el conflicto, pero jamás lo solucionan:

“Y ello es así porque “nadie puede dar lo que no tiene” y nuestros dirigentes carecen de un conocimiento en profundidad de lo que acontece en el mundo. Específicamente no entienden, “no tienen inteligencia” (no pueden leer adentro) en la oscuridad del mundo (Baroja) tienen avidez de novedades pero se agotan en ellas porque no las pueden repensar o elaborar desde ellos mismos”.  (Buela, 2022).

Lo difícil de la Metapolítica es que no se encarga en “lo que debe ser” sino sobre la realidad política tal como se da, sobre “lo que es”, y luego sí: lo que puede ser. Es el conflicto entre potencia y acto. La Metapolítica, como mera disciplina filosófica no es solo la descripción del objeto de estudio, sino que busca una incidencia, una salida en la política, romper con la opinión, como gustaba decir Platón cuando habla del trabajo del filósofo en diferencia con los sofistas. Romper con la doxa, con el sentido común, con las mismas palabras que no se dicen nada. Es volver a los griegos, donde la ética es política y para ello hay que ejercer el disenso, dar otro sentido.

Teoría del disenso o las armas para la ofensiva

Si la Metapolítica es un trabajo de desmitificar, de lucha contra el sentido impuesto, el disenso exige una acción. El disenso como métodonos dice Buela, sí retomamos a Descartes, en su “Discurso del método”, él planteaba la duda como motor. Es lo que nos hace andar, y si vemos la etimología de “método”, proviene del latin que significa “camino”. Marcar el camino a seguir.

Si Marx escribió que la labor del filósofo, en la antigüedad era observar el mundo y de lo que se trata ahora es de cambiarlo, Buela agrega a la tesis 11 sobre Feuerbach, que hay comprometerse con el mundo y sus problemas.

La política es práctica, es un arte de ejecución, como dijo Perón. Por ello, donde se quiere hacer de la política una ciencia, se falla, porque en realidad es un arte, una tékhne (τέχνη), un saber hacer. Para Aristóteles, el arte es una acción a partir de la cual el hombre produce una realidad que antes no existía, por ello la política tiene más que ver con la creación, con la creatividad, que con la administración de fórmulas que no funcionan una y otra vez.

Lo que hay que hacer es esclarecer. Es ocuparse de las categorías que se presentan como neutrales (derechos humanos, progreso, homogeneización, multiculturalismo, etc) desenmascarando intereses de grupos o lobbies que intervienen en el poder. (Buela: 2022, pág. 15).

Los pasos del disenso como método, serían en una primera etapa: 1) La preferencia de nosotros mismos (el nosotros, no el yo); 2). Genius loci (desde dónde); 3). Las tradiciones nacionales de nuestros pueblos (el ethos nacional). Y en una segunda etapa: 1) La pregunta por el otro y los otros; 2) El consenso o disenso; 3) La superación del disenso: la construcción de nuestro propio discurso filosófico sin copia ni imitación (Buela, 2016, p. 39).

Según Carl Smith, lo primero que hay que definir en política es saber quién es el enemigo. Si no uno habla en neutro y repite jingles, y jamás da ni una acción directa contra nada. Solo dice palabras contra palabras. Por ello se deja claro: se pelea contra “el consenso” (esta idea llega a la política y a la ética a través del ideario de la escuela neomarxista de Frankfurt), que se usa como legitimación política, porque se caracteriza por tomar decisiones antes de la deliberación. Se empieza por el final, y hay un simulacro de puestas en común, se da una silla al otro pero solo como falsedad. Lo que resulta con eso, como dice Buela, citando a Wagner de Reyna, pensador peruano: “en todo disenso hay un enfrentamiento, una contradicción insalvable, hablar por hablar, discutir por discutir, y presentar un jovial compromiso que no compromete a nada”. Por ello otra idea que retorna en “Pensamiento de Ruptura” del hombre light que se enuncia, donde el hombre busca novedades, donde no se detiene a pensar, donde no se compromete por nada, donde no lucha por nada. Por ello hay que entender, que si no revisamos las tradiciones, desde nuestra américa, el hombre pisa el palito en cada esquina, se come todos los amagues del sistema, que repite el alfabeto del poder, que habla de derechas e izquierda, Buela nos dice que decir eso, es ya “no situarse”. La propuesta: “con esto vamos más allá incluso de la idea de estado nación, hoy en vías de agotamiento, para sumergirnos en la idea política de gran espacio, de patria grande y cultural de ecúmene”.

Hay que tomarse el trabajo de aclarar las cosas. El pensamiento popular no piensa la sociedad desde la lógica de clases, sino que su principal contradicción es pueblo vs. antipueblo u oligarquías sobre todo financieras, dice Buela. Por eso hay que disuadir los falsos Disensos, para no perder el tiempo, porque se fabrica la disidencia, por globalistas y elites (el foro mundial y el foro económico mundial, las ong, y movimientos de oposición a la globalización están controlados por las misma fuerza antes las cuales protestan la fabricación de disidencia actúa como una válvula de seguridad que protege y sostiene el nuevo orden mundial) ¿quiénes son?: “Los agentes políticos – culturales del imperialismo (fundaciones Rockefeller, Ford, Guggenheim, Goldman Sachs, Soros etc) financian a las organizaciones “aparentemente” antiglobalistas como las abortista, las feministas, los gays, las de derechos humanos para las minorías, las eugenistas, las indigenistas. En una palabra a todas las organizaciones “progresistas”, no atentan contra el nuevo orden, sino más bien contribuyen”. (Buela, pág 55)

A esta teoría del disenso Buela, deja una hoja de ruta, de ideas y propuestas para todo aquel que pregunte ¿qué hacer? “al proyecto moderno de consumo, oponemos austeridad; al de progresivo crecimiento, decrecimiento, al de universalismos mundial, es de pluriverso, al de desarrollo por acumulación de riqueza, al de desarrollo a partir de la pobreza, al del consenso, siempre de los lobbies y los poderosos, el disenso del rebelde”.

América, como teoría de lugar

¿Qué somos? ¿Desde dónde puedo hablar? En su libro “El Sentido de América” va en busca del sentido, y del hombre americano. Entiendo esta búsqueda de tierra prometida como una propuesta al mundo también, por una verdad, porque como dijo Perón en la apertura de su curso sobre filosofía peronista: “el hombre puede desafiar cualquier contingencia y cualquier mudanza, cuando se halla armado de una verdad sólida para toda la vida”. América es un interculturalismo y no multiculturalismos: “como lo proponen los antropólogos norteamericanos que privilegia a las minorías, por sobre la mayoría que luchamos para darnos forma en la construcción de las naciones estados que conforman este gran espacio”, habitado por figura o arquetipos, tallados cada uno por su genius loci, y américa son: “el gaucho, el montubio, el ladino, el coya, el huaso, el cholo, el llanero, el charro, el borinqueño ec. siendo de genuina estirpe hispánica, nos distinguen de España y Portugal. “Ni tan español ni tan indio”, diría Bolívar”. (Buela. Pág 33.)

Entonces a la pregunta ¿qué somos? somos americanos. Buela dice que en primer lugar no nos tenemos que dejar robar el nombre “americanos” por los yankees. Y también luchar contra la etiqueta de “América Latina”[3], en esta disputa sobre el bautismo, donde el autor hace una genealogía del término y dice que esta etiqueta fue puesta por los franceses, y nada tenemos que ver con el lacio, sino más bien con castilla y portugal. Por ello, ¿qué somos? “Soy americano de índole hispana”.

La definición de lo hispánico: con la esencia de los que somos y los valores que portamos (Buela, pág178):

“Lo que se hace es enfrentar la publicidad de años. Acá no es cuestión de negar los aportes culturales franceses, italianos, alemanes, eslavos, árabes, judíos, o negros en muestra américa, que son mucho y apreciadísimo. Ni tampoco negar el aporte indiano a nuestra identidad…se trata de encontrar la categoría que no defina más ajustadamente en lo que somos” (Buela, pág. 179).

En esta búsqueda de identidad, deudor de tradiciones, pero enriquecidas, Buela hace el rescate y exaltación de “lo criollo” como primera de nuestras pautas culturales. Porque como dice, no somos ni tan europeos ni tan indios, sino que en este mestizaje, en esta doble naturaleza es que se crea la posibilidad de pensar por nosotros mismos.

Lo Criollo, es “la simbiosis de dos cosmovisiones en una tercera con rasgos propios y originales”. Como ejemplo de lo “interculturalismo” pues viven en nosotros varias culturas que se plasmaron en una ecúmene, la iberoamerican. “No dejamos a nadie afuera”, todos contribuyen a nuestras conciencias criollas, nos dice Buela. En esta búsqueda de una teoría del suelo, Buela rescata a una gran cantidad de pensadores que se ocuparon del tema, porque uno es deudor y dador, en este continente nuevo. Así existen muchas opiniones sobre nuestra América que se han ocupado, como Vasconcellos, Caturelli, Mercado Vera, Castellani, Lugones, Rojas, etc.

Entendiendo que en América se pensó, y se buscó un arquetipo que nos defina, este ser mistongo, como decía Castellani. También hay que hacer una valoración de la lengua, donde en su “Sentido Metapolítica del castellano o español” nos cuenta que el español es la cuarta lengua más hablada del mundo, donde se cita a Guillermo Humboldt, quien dice que cada idioma fomenta un esquema de pensamiento y unas estructuras elementales propias. Dime en qué idioma te expresas y te diré cómo ves el mundo, y por ello hay que dar uso, asumir el castellano como lengua antiimperialista. (Buela, pág. 232).

Para cerrar, una de las más bellas ideas que trae para proponer esta teoría de lugar, Buela trae la idea de pensar américa como “Lo Hóspisto”, como suelo que recibe al hombre que no hace pie en el naufragio. “¿Qué es América? América es, antes que nada, un espacio geográfico continuo que se ha diferenciado del resto del mundo por su capacidad de hospedar (hospitari) a todo hombre que como huésped (hospitis) viene de lo in-hóspito. De la persecución, la guerra, el hambre, la pobreza, en definitiva, de la imposibilidad de ser plenamente hombre. América es pues lo hóspito”. Un suelo que recibe, un suelo fértil que clama su propia filosofía, como todo suelo, porque como dijo Alberdi, Juan Bautista, “Nuestra filosofía ha de salir de nuestras necesidades de ahí que la filosofía americana deba ser esencialmente política y social… América será la que resuelva el problema de los destinos americanos”.

Se ha intentado hacer un mapeo de algunos de los conceptos, o de las ideas más importantes del autor. Este pequeño opúsculo solo intenta que el lector vaya en busca de sus libros, o rescate su intención de actualizar ideas de pensadores nacionales. Buela,  no es intelectual, ni filósofo, como a él le gusta decir. Porque él se denomina Arkegueta: “eterno principiante”. Un hombre sabio y gaucho que vive como piensa, y qué dice lo que piensa. Pensar así, es el costo de casi todos los pensadores argentinos, como escribió Miguel Ángel Virasoro: “el pensador argentino trabaja aislado y sin ninguna resonancia, un eco más o menos perdido”. (Buela, pág 280)

Si uno ve toda la obra de Buela, hace una reconstrucción de una comunidad de pensadores que le precedieron, actualizando temas y verdades, como el poeta que es pulidor de palabras, para que vuelvan a tener sentido. Trata de volver a poner en funcionamiento la máquina de pensar nacional, olvidada por novedades europeas que entran y se multiplican en todas las universidades, medios de comunicación y librerías. Como si esto fuera poco, piensa y tiene teorías propias, y sigue escribiendo y pensando la coyuntura argentina y americana. Por ello Alberto Caturelli en su “Historia de la filosofía Argentina” (1600-200), lo coloca dentro de los restauradores de la tradición, y la reflexión iberoamericana.

Lo que es y lo que puede ser.

Leyendo a Buela, uno sabe que no le gusta la prognosis, ya que el filósofo no hace predicciones. Pero se puede intentar usar la categoría “trabajo”, que es lo que construye futuro. En esta humilde cartografía de su obra, también mencionamos que parte de su trabajo fue colaborar como asesor en sindicatos (del griego “sin”, significa “con” y “dike” justicia: aquel que hace con justicia) y dando cursos de formación, dónde se habla de lo importante de las instituciones intermedias, que protegen y cobijan al hombre, que lo acompaña en su nacimiento, en su desarrollo, con su sistema de salud, hasta su sepelio. Que lo reúne en un sistema de labores donde el ser y el obrar se fusionan. Donde la palabra “trabajador” es una palabra sagrada, ahora que se quiere imponer la de “emprendedor”, que no es más que ser un mercader de Venecia. Como decía Platón, aprender es recordar, y hay que recordar que el hombre es lo que es, pero también lo que puede ser. Qué pertenece a un suelo, a un cielo, a una comunidad, y debe comprometerse con ella. Ver sus problemas como una bendición, porque aún falta mucho por hacer. Porque eso también es lo nuevo que trae América, lo que debe ser: “Lo nuevo que ofrece América es la condición de posibilidad que nos permite crear un mundo distinto, diferente, al mundo ya conocido”, dice Buela, como posibilidad de dar sentido, desde nosotros mismos, con nuestro trabajo.

* Imagen de portada. Fuente: posmodernia.com

[1] Cada afirmación de Buela dispara un comentario,  pero agregaremos una idea de Leopoldo Marechal, que en su “Cuadernos de Navegación” propone con el ser con relación al tiempo. Que dice que todo hombre necesita del “Tiempo de Buey” (el del trabajo) y del “tiempo de ángel” (el del ocio). El del trabajo donde se gana el pan con el sudor de la frente, donde cada hombre debe producir al menos lo que consume. Y el tiempo de la contemplación, donde el hombre ve a su familia y amigos, donde se detiene a respirar la naturaleza o ver a sus hijos jugar.

[2] Estos no recuerda al: “Enoi enoi oios essi”, “Llega a ser el que eres”, Píndaro o el “Cómo se llega a ser lo que se es” en el Ecce homo de Nietzsche.

[3] Buela cita a Arregui para desentramar este accionar de colonización mental: “Jose Hernández Arregui cuando afirma en la reedición de su trabajo ¿Qué es el ser nacional?: esta versión que el lector tiene a la vista es igual a la primera, salvo en el reemplazo del falso conceptos de América Latina, un término creado en Europa y utilizado desde entonces por EE con relación a nuestros países que disfraza una de las tantas formas de colonización mental, no solo latinoamericanos”

Bibliografía

-Buela Alberto, “Epítome de Metapolítica”, editorial CEC, Buenos Aires, 2022

-Buela Alberto, “Epítome sobre antropología”, editorial, editorial et labore, 1993.

-Buela, Alberto, “El sentido de América” (seis ensayos en busca de nuestra identidad), Buenos Aires, editorial Theoria, 1990.

-Buela, Alberto, “Algunos aspectos de mi pensamiento”, en wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Buela.

-Buela Alberto, “America como los hospitales”, revista posmodernia

-Caturelli Alberto, “Historia de la filosofía Argentina” (1600-2000), Editorial Universidad del Salvador, 2001.

-Comentarios, conferencias y textos desde su página web personal:

albertobuela.com.ar

-Videos:

•          Título: “CONTRAENCICLOPEDIA, Alberto Buela en programa ‘A LATINA’ de Tato Contissa por canal (a) año 2006.”

Canal: COSO TV

            Publicado: 13 de julio de 2023

            URL: http://www.youtube.com/watch?v=U6gPopJ9sc8

•          Título: “El idioma español por Alberto Buela”

            Canal: HIJOS BONICOS

            Publicado: 1 de septiembre de 2017

            URL: http://www.youtube.com/watch?v=tm_JN4DzZE8


Ezequiel Norberto Gonzalez
Profesor de filosofía por el ISFD N º41 de Adrogué, Especialista en Investigación Científica por la Universidad de Lanús y estudiante de la Especialización en Pensamiento Nacional y Latinoamericano (UNLa).
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